Ad portas de un nuevo 8M, vale la pena recordar que la mujer chilena no necesita ideologías que la reduzcan a eslóganes. Necesita oportunidades reales y un reconocimiento a su aporte.
El verdadero feminismo valora su dignidad sin enfrentarla al hombre, y promueve su bienestar sin caer en la victimización. ¡Valoremos la grandeza de la mujer chilena y espíritu inquebrantable!