En las últimas semanas se han desarrollado dos elecciones en Europa, la primera en Suecia y la segunda en Italia. En ambos países los partidos de derecha más sólidos, Demócratas de Suecia (Sverigedemokraterna) y Fratelli d’Italia, respectivamente, han sido los grandes ganadores y sus coaliciones son las que gobernarán.
Este cambio de preferencia entre los electores viene motivado por temas como seguridad e inmigración. Su calidad de vida se ha visto comprometida por el choque cultural y, ante esta situación, los partidos tradicionales no han interpretado las demandas sociales, manteniéndose moderados ante los cambios que la población les ha exigido.
Hoy vemos en marcha un auge de la derecha en Europa, esto debido a que los ciudadanos están viendo que los representantes de este sector están aportando y sugiriendo soluciones a los problemas que más les afectan, siendo un triunfo del sentido común, aún cuando sectores han intentado interpretarlo como un triunfo del extremismo.
Asimismo, en el contexto de estos comicios, Brasil elegirá a su próximo presidente en segunda vuelta, después de una votación más ajustada de lo que preveían las encuestas. El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva obtuvo el 48,43% de los votos, sobre el 43,20% del actual presidente Jair Bolsonaro, apoyo que, si bien no le alcanza para estar como puntero de cara a la segunda vuelta, fue indetectable para las encuestas realizadas previo a la elección.