El domingo 03 de abril se celebraron las elecciones presidenciales en Hungría, país en el que el Fidesz-Unión Cívica Húngara de Viktor Orbán logró una victoria incontestable, mejorando incluso su performance respecto a 2018, obteniendo más de 2/3 del Congreso. Es la cuarta vez consecutiva —la quinta de su carrera— que se alza como ganador. Después de otorgar tres mayorías absolutas consecutivas a Orbán, los húngaros confiaron en él para un liderazgo de cuatro años más, pudiendo sumar hasta 16 años consecutivos en el poder —además de otros cuatro años desde 1998 hasta 2022— si completara la legislatura.
Esto lo logró, a pesar de la alianza de toda la clase política cuyo único cimiento fue el rechazo frontal hacia su candidatura: desde la izquierda hasta la centroderecha. Un variopinto de partidos y colores políticos que tuvo un final y resultado desastroso, pese a que los sondeos les brindaron esperanzas.