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Crónica de un viraje a la izquierda 

El día domingo 13 de marzo se celebraron las elecciones en Colombia para decidir quiénes ocuparán los curules de las cámaras alta y baja del Congreso. Esto no sólo determinará su nueva composición, sino que ofrecerá una proyección de cara a las elecciones presidenciales que se realizarán dentro de unos pocos meses, el domingo 29 de mayo. El augurio de cara a la fecha deja consternado a cualquiera: Gustavo Petro, el líder de izquierda —reconocido amigo de Hugo Chávez Frías—, llama a las puertas de la presidencia de Colombia con una oferta en la que podemos descubrir rápidamente el gran engaño de todas sus promesas: más socialismo. El candidato socialista se ha impuesto con contundencia en las primarias de las coaliciones y ha colocado al Pacto Histórico —su coalición política— como primera fuerza del Senado. Logró casi el mismo apoyo que el centro y la derecha juntos.

El domingo 13 de marzo se realizaron las elecciones parlamentarias en las que se renovó la Cámara de Diputados y el Senado en Colombia. También se realizó la consulta interpartidista para escoger candidatos para las elecciones presidenciales: el Pacto Histórico (formación de izquierda muy similar a las izquierdas gobernantes en Chile y Perú), la coalición Equipo por Colombia (agrupa a la derecha y Centroderecha) y, finalmente, la coalición Centro Esperanza (partidos de centro y centroizquierda).

Millones de colombianos se congregaron el segundo domingo del mes de marzo para elegir a tres de los diez candidatos que estaban inscritos en las consultas interpartidistas o populares. Esta cita electoral se considera un termómetro para concebir una idea de lo que será el resultado de la primera vuelta de las presidenciales a celebrarse el 29 de mayo. En un país —y una región, en general— tan presidencialista, los nombres de los candidatos presidenciales obtuvieron todo el protagonismo de los comicios, contribuyendo en buena medida en la distribución de los votos.

El ganador de esta contienda fue el representante del Pacto Histórico, exalcalde de Bogotá y líder de Colombia Humana, Gustavo Petro. Éste último tuvo una amplia ventaja frente a sus oponentes, rozando el 80% de las preferencias —casi cuatro millones y medio de votos—,y a la vez guardando una gran similitud con respecto a los sondeos y encuesta de días anteriores. Los resultados reflejaron que tiene una gran fuerza electoral, dándole un poderoso impulso a la izquierda en la carrera presidencial, superando la votación del actual presidente Iván Duque en su consulta interpartidista de 2018. Este resultado de Petro y el hecho de que la segunda del Pacto Histórico Francia Márquez —más de izquierda que Petro— refleja que, de no mediar graves errores, el Pacto Histórico tiene su pase asegurado a la segunda vuelta presidencial en mayo de 2022.

Por primera vez en Colombia la coalición de izquierda se ubica como una de las primeras fuerzas del próximo Congreso de la República, con una representación inédita en la historia reciente. Con el 99% de los votos escrutados de las elecciones legislativas el Pacto Histórico obtuvo 16 de los 108 escaños, los mismos de los conservadores y uno más que los liberales (15). Les sigue otra fuerza alternativa, la lista de la Coalición Centro Esperanza, que incluye a la Alianza Verde, con 14 curules. En la Cámara de Representantes, que se organiza por circunscripciones regionales, el Pacto Histórico también fue la fuerza más votada obteniendo 25 de los 188 escaños.

Por el lado de la Centroderecha, Equipo por Colombia, el resultado obtenido se ha mostrado más sólido de lo anticipado con el 54% de las preferencias —cerca de dos millones de votos—. Más allá de eso, la clara victoria de Federico Gutiérrez deja patente que la derecha no tiene más alternativa que la de apoyar a Gutiérrez que superó a los candidatos de partidos tradicionales. Deja así complicado al Centro Democrático (Uribismo), ya que su candidato, Óscar Iván Zuluaga, parece ser bastante débil y hay dudas de que pueda bajar su candidatura. En general, se cree que Gutiérrez acompañará a Petro en la segunda vuelta del 19 de junio, y, aunque no es el favorito, no puede ni debe ser descartado.

En relación a la coalición Centro Esperanza, su candidato electo, Sergio Fajardo, ganó por ganar la consulta y perdió porque su performance se vio deteriorada. No ganó con comodidad y se prevé que no tendrá el mismo desempeño que en 2018, año en el que casi desbanca a Gustavo Petro de la segunda vuelta. En general, esta coalición de centro y centroizquierda es la derrotada de estas consultas.

Por otro lado, el partido Comunes se ha estrellado nuevamente con las dificultades de hacer política en Colombia, uno de los puntos más tensos del acuerdo de paz. «Cambiar las balas por votos» fue una de las frases más repetidas durante la larga negociación del acuerdo para explicar el propósito de sacar las armas de la política. El acuerdo de paz garantiza al partido una bancada de diez escaños por dos períodos legislativos –cinco en Senado y cinco en la Cámara de Representantes–. De ahí que Comunes tenga presencia en el Congreso a pesar de que las urnas no le han perdonado medio siglo de guerra, pues en las elecciones de 2018 logró apenas 85.000 votos y en las del 13 de marzo, sus candidatos apenas sumaron algo más de 50.000 votos.

Finalmente, con los resultados obtenidos, el parlamento colombiano sigue el mismo destino de los congresos peruano, chileno o argentino. Hay una clara fragmentación y, gane quien gane la presidencia en mayo de 2022, tendrá inconvenientes en la tramitación de leyes. Además, ante una eventual oposición de derecha —en caso de que gane Petro— se puede mencionar que se encontrá desunida. Es muy posible que ocurra una división entre una derecha más nítida y clara y una derecha más afín con el electorado de centro, conllevando el riesgo de perder identidad.

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