Opinión: Izkia, hágalo por Chile
Por: Cristián Valenzuela – Director Ejecutivo Ideas Republicanas
Pocos días después de la derrota de Gabriel Boric en primera vuelta, la doctora Izkia Siches, en un emotivo discurso, dejaba la presidencia del Colegio Médico para sumarse a la campaña, dándole un giro radical a la contienda presidencial. “Hoy siento que todo es clarísimo, que miro a la cara de mi hija y sé lo que debo hacer”, decía entre lágrimas la hoy ministra del Interior, dotando su decisión de un profundo significado político y emocional.
Seis meses después, el panorama político es muy distinto. Con un gobierno desplomado en las encuestas –convirtiéndose en el peor inicio de un gobierno en nuestra historia reciente-, Izkia Siches ya no es el comodín de la victoria, sino que se ha convertido en la expresión clara y visible de un fracaso humillante.
Not Ministra es el calificativo que fielmente representa a esta autoridad que no ejerce liderazgo político, no tiene autonomía comunicacional y no cumple, literalmente, con ninguna de las funciones y objetivos del Ministerio que le toca encabezar. Solo por mencionar algunos: en materia de seguridad pública, los delitos violentos y robos han aumentado de manera radical; en materia de orden público, las manifestaciones violentas, quema de buses y baleos a civiles son la regla, no la excepción; en materia de terrorismo, hay territorios en nuestro país en los que ella no puede ingresar y regiones donde “no están las garantías” para que el Presidente Boric pueda viajar. Por si fuera poco, la frontera norte parece un colador, donde día a día entran cientos de extranjeros ilegales sin control ni restricción alguna.
Fracaso, pues en cada vocería que ha realizado ha cometido errores, ya sea utilizando conceptos que nos generan disputas con Argentina o mintiendo derechamente al burlarse de aviones que no existían. Ni hablar de la ignorancia pretendida -o manifiesta- al desconocer un masivo saqueo nocturno en Talagante. Humillante, porque para salvarla es el subsecretario el que la reemplaza en todas las funciones y es la ministra vocera la que, cual titiritera, maneja y dirige cada una de las intervenciones de una verdadera marioneta política.
El Presidente Boric la ha respaldado una y otra vez, bajo la premisa de que estamos en período de instalación y que, terminado éste, no se pueden cometer errores. Pero todos saben, conociendo al Presidente, que difícilmente podría deshacerse de Siches, porque si no fuera por ella, probablemente no estaría en La Moneda. Por eso, no es la ministra la que renuncia, sino que uno a uno sus múltiples asesores, tratando de frenar una desangre permanente e inevitable.
Izkia, no lo haga por mí, hágalo por Chile. Renuncie de manera indeclinable y ponga fin a esta tortuosa agonía política. No solo le está haciendo un tremendo daño al gobierno del Presidente Boric, sino que, definitivamente, está perjudicando gravemente al país. La violencia, el descontrol y el socavamiento del Estado de derecho avanzan de manera acelerada, entre otras cosas, porque la máxima autoridad en materia de seguridad pública es débil, vulnerable y altamente influenciable. Por lo mismo, se requiere mucha fuerza, carácter y decisión para enfrentar esta grave crisis y recuperar nuestra institucionalidad dañada.
Ministra, usted sabe lo que tiene que hacer.
